Dirigentes de la Confederación de Sindicatos Industriales (CSIRA) llevaron a la central obrera su preocupación por el proyecto oficial de “modernización laboral” y el impacto del ajuste sobre la producción y el empleo. En el encuentro, plantearon la necesidad de unificar posiciones y preparar acciones conjuntas frente al avance legislativo. El jueves 18 marcharán a la Plaza de Mayo.
La conducción de la CGT recibió este martes en la sede de Azopardo a referentes de la CSIRA, el espacio que nuclea gremios de base industrial y que tiene entre sus integrantes históricos a sindicatos como la UOM y SMATA, entre otros. La primera definición fue la total adhesión de todo el sector a la movilización prevista este jueves 18 a la Plaza de Mayo, que promete ser masiva, y la que se realizará un acto central a las 15hs.
En ese marco, los sindicatos industriales expusieron un diagnóstico de alarma por el deterioro del entramado productivo y reclamaron una estrategia común de toda la central. Abel Furlán (UOM), hizo especial mención a la pérdida de más de 26 mil puestos de trabajo en su sector -en todo el país-, y los más de 5 mil empleos en riesgo en la cadena de producción de la línea blanca con base en Rosario y alrededores.
El eje del encuentro fue el rechazo a la reforma laboral que impulsa el Gobierno, interpretada por el sindicalismo como un paquete que abarata despidos, busca reducir aportes y empuja una mayor flexibilización de las relaciones de trabajo. La reunión funcionó, además, como una instancia de coordinación política: la CSIRA llegó a Azopardo con la idea de “ordenar” una respuesta unificada y sostenerla en el tiempo, articulando acciones tanto en el Congreso como en la calle.





